Un libro bordado con arpilleras que narra la historia del ex Estadio Chile —actual Sitio de Memoria Estadio Victor Jara—, una muestra con la técnica del chañuntuko del telar mapuche que representa al río Mapocho y un lienzo bordado que rinde homenaje a mujeres y niñas ejecutadas y desaparecidas en dictadura y democracia fueron parte de la exposición final de los talleres textiles gratuitos de la Fundación Victor Jara.
Tras cinco meses de clases el Sitio de Memoria Estadio Victor Jara alojó el tercer ciclo de los talleres textiles de arpilleras y telar mapuche y el pasado sábado 29 de noviembre se dio cierre a este proyecto de la Fundación Victor Jara con la exposición Manos creadoras, la que exhibió el trabajo realizado por la participantes en ambos cursos. Un libro bordado con arpilleras que narra la historia del ex Estadio Chile —actual Sitio de Memoria Estadio Victor Jara—, una muestra con la técnica del chañuntuko del telar mapuche que representa al río Mapocho y un lienzo bordado que rinde homenaje a mujeres, adolescentes y niñas ejecutadas y desaparecidas en dictadura y postdictadura fueron parte de esta exhibición final.
Este proyecto que fue financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) exploró los oficios textiles del telar mapuche y la arpillera, permitiéndole a mujeres de distintos territorios y edades compartir saberes, relatos y memorias a través de la creación. En este proceso, el arte textil se consolidó como herramienta de expresión, reparación y construcción de espacios colectivos de contención frente a experiencias de violencia y exclusión.


Fotografías de algunos de los capítulos del libro bordado que narra la historia del Sitio de Memoria Estadio Victor Jara
“Cerrar Manos Creadoras tras dos años (2024-2025) de trabajo es honrar un proceso profundamente humano, por el que pasaron más de cien mujeres que encontraron en el textil un espacio de distensión, creación y comunidad. Los resultados que compartimos son reflejo de la sensibilidad y la fuerza colectiva que se fue tejiendo puntada a puntada. En un momento crucial para Chile, donde los derechos de las mujeres pueden retroceder, cuidar estos espacios se vuelve imprescindible. Desde este Sitio de Memoria reafirmamos la importancia de sostener prácticas que promuevan dignidad, creatividad y derechos humanos, para seguir tejiendo futuro juntas”, afirmó Rocío Guajardo, encargada del área de cultura del Sitio de Memoria.

Natalia Justiniano Pereira junto a su trabajo del tercer ciclo del taller de telar mapuche
La estudiante del taller de telar mapuche, Natalia Justiniano Pereira, comentó su gratitud por haber sido parte de este curso. «Siento un orgullo muy grande de haber participado, de haber logrado llegar hasta el final con mis trabajos, y de estar en este lugar (sitio de memoria) creando y entregando amor, creatividad, paciencia. Doy las gracias a este espacio de memoria».
También señaló que «he conocido mujeres muy valiosas para mí. Pretendo continuar con lo que aprendí acá. Es un tesoro haber aprendido una técnica textil como el witxal (telar) mapuche y el encuentro que significa el trabajo con las lanas, de los dibujos, los colores y al traerlos acá a Santiago quisimos representar el río Mapocho, porque pertenecemos a ese territorio».



Fotografías de algunos de los capítulos del libro bordado que narra la historia del Sitio de Memoria Estadio Victor Jara
Carolina Sendero Paredes fue parte del taller de arpilleras y también agradeció el aprendizaje y del compañerismo que se gestó en las sesiones. «Ha sido súper significativo a nivel personal y colectivo. Mi forma de ver la vida es una forma política y de activismo y el poder construir algo desde mis manos, en conjunto con mis compañeras, fue algo muy lindo, además todas éramos de distintas generaciones, con distintas historias y experiencias».
La joven agregó que «creo que no solo el hecho de poder estar en un sitio de memoria es signo de resistencia y activismo, sino que el hecho de compartirlo con otras mujeres es una de las cosas más valiosas que me voy a llevar; porque ha sido un acompañarse en cada puntada, cada abrazo, cada sonrisa y en cada palabra que nos decíamos los sábados por la mañana».


(De izquierda a derecha) Yessenia Melinao junto a Romina Carrasco (monitoras taller telar mapuche) y Catalina Salas (monitora taller arpilleras)
Romina Carrasco, una de las monitoras del taller de telar mapuche, describió que en este tercer ciclo se trabajó con la técnica del chañuntuko en el telar mapuche. «Las alumnas aprendieron a cómo urdir en ocho, con cuatro líneas y cómo se debían poner cada uno de los pelitos de la lana (txapen txew) para poder componer el tejido, el que era compuesto por la temática del territorio. Entonces abordamos la preguntas de cómo observan el territorio, cómo lo viven y qué memorias tienen de él. Y cómo a través de ese imaginario o ese recuerdo lo pueden llevar al tejido, al chañuntuko de cada una».
Su compañera de oficios, Yessenia Melinao profundizó en el significado tras el chañuntuko. «La técnica chañuntuko es también un tejido que acompaña, principalmente, a las personas donde sea y también representa al territorio del cual una pertenece, de lo que una ha visto».
«Es por eso que quisimos plasmar en esta muestra un hilo conductor para todos en este territorio, Santiago, y decidimos que fuera el río Mapocho, desde sus distintas vistas y desde el lugar que una habita, de lo que una construye en su territorio, de las líderes, las madres. Vimos las formas de las mujeres, de habitar y de vivir en este territorio», comentó sobre la temática del trabajo final.


Parte de las muestras del tercer ciclo del taller de telar mapuche con la técnica del chañuntuko, donde los trabajos retratan la territorialidad del río Mapocho
Mientras en el tercer ciclo del taller de arpilleras, en un principio se trabajó de manera individual donde cada estudiante escogió algún Derecho que le representara biográficamente, pero para el trabajo final, se centraron en una investigación sobre la historia del Sitio de Memoria Estadio Victor Jara, desde sus orígenes como ex Estadio Chile, y el cual representaron en un libro bordado con arpilleras. La monitora del taller, Catalina Salas detalló que «fue un trabajo donde tuvimos que buscar imágenes, algunas revisaron material de prensa en la Biblioteca Nacional. Fue interesante porque hubo investigación, pero también aparecieron relatos propios, ya que algunas habían venido a conciertos en la década de los 80″, afirmó.
Salas añadió que el proceso creativo fue reflexivo. «También investigamos y reflexionamos mucho acerca del periodo en el que fue utilizado como centro de detención, tortura y exterminio. Hubo muchas reflexiones importantes, se graficaron cosas muy fuertes. Ahí tuvimos muchas conversaciones en cómo graficar esas historias. Entonces fue un trabajo colectivo de mucho diálogo y bocetos. Cada una trabajó en una página de este libro bordado que está dividio en cuatro capítulos. Esperamos que pueda itinerar esta muestra en varios lugares para que más gente lo pueda ver», sostuvo la monitora del taller de arpilleras.
En la ceremonia de cierre se realizó la entrega de diplomas en la que además se les entregó un obsequio a cada una de las participantes de los talleres textiles. La interpretación musical de Lissette Vega y Denisse con canciones como Manifiesto y Lo único que tengo de Victor Jara sellaron esta primera parte de la jornada.
Mujer, bordo tu nombre y no te olvido
Se decidió fijar el cierre de los talleres textiles durante la semana en la que se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer para visibilizar y reivindicar esta causa con la presentación del lienzo colectivo Mujer, bordo tu nombre y no te olvido, el que fue bordado a lo largo de todo el año en el Sitio de Memoria, y el que es resultado de la acción textil Bordar para no olvidar. Una iniciativa que tuvo su origen en marzo tras la jornada Mujeres: arte y resiliencia, pero que luego tomó un carácter autoconvocado, donde distintas mujeres se organizaron para continuar con este lienzo, reuniéndose los ultimos sábados de cada mes en el Sitio de Memoria para bordar, reflexionar y recordar a mujeres que fueron ejecutadas y detenidas desaparecidas durante la dictadura civil-militar y también en los periodos postdictatoriales de nuestra historia reciente.
Carolina Sendero Paredes también fue parte de esta acción textil de bordado colectivo y aseguró que en este lienzo «no solo plasmamos su muerte (de las mujeres homenajeadas), sino que también sus vidas. El poder nombrarlas en cada puntada es hacerlas presente, que siguen en nuestros corazones, en nuestra historia, y en el fondo, esto es algo que nunca más puede seguir ocurriendo».

Lienzo de bordado colectivo Mujer, bordo tu nombre y no te olvido
Sendero Paredes además detalló la elección de los colores tras el bordado. «Tratamos de expresar y mostrar a través de distintos colores información representativa de cada caso». Hubo una clasificación según el período de su ejecución o desaparación, el celeste da cuenta que fue durante la infancia; el negro que fue una ejecución en dictadura; el rojo que fue una desaparición forzada en dictadura; y los bordes naranjos dan cuenta de una desaparición y/o ejecución en democracia. «Otro elemento representativo son los corazones que dan cuenta que estas mujeres estaban gestando al momento de su desaparición o ejecución», complementó la joven.

Conversatorio Mujeres: arte, memoria y resistencia
El encuentro finalizó con el conversatorio Mujeres: arte, memoria y resistencia, un espacio en el que dialogaron y reflexionaron Catalina Salas (monitora del taller de arpillera), Romina Carrasco (monitora del taller de telar mapuche), Carmen Gloria Marchant y Carolina Pinilla (colectivo de arpilleristas Feminismo Comunitario de Abya Yala Tejido Chile, de Lo Hermida); Eugenia Calquín y grupo de bordadoras de Padre Hurtado, quienes presentaron un mapeo textil colectivo en proceso. La coordinadora del Sitio de Memoria Estadio Victor Jara, Mariela Llancaqueo moderó el conversatorio que buscaba fortalecer vínculos comunitarios e institucionales en torno a prácticas culturales con perspectiva de género y derechos humanos.
La programación total de esta jornada buscó poner en valor los derechos sociales y culturales de las mujeres, generando además un espacio de diálogo en torno a la relación entre memoria, mujeres y arte.
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