El recorrido contempló la población Los Nogales, el Teatro Antonio Varas, la Usach y el Parque Intercomunal Víctor Jara, lugares que marcan la vida y el legado del músico y director de teatro. Su hija Amanda describió a la celebración como “un cumple-móvil, donde cada lugar ha sido un regalo, una ofrenda para mi papá y mi mamá Joan”.
Este 28 de septiembre del 2024 se cumplieron 92 años del natalicio de Víctor Jara, conmemoración que la Fundación Víctor Jara quiso celebrar de manera íntima dejando ofrendas en lugares que marcaron la vida y el legado de quien fuera cantautor y director de teatro. Rosas y banderines con consignas de lucha popular, letras de canciones y frases de Víctor fueron parte de las ofrendas que dejó en cada punto el equipo de la Fundación junto a amigos y amigas de la organización.
La denominada “Ruta de Víctor” comenzó en la población Los Nogales, donde se encuentra la casa de la familia Morgado, quienes fueron el refugio del joven Victor, luego de la muerte de su madre y de su salida del seminario.
“Acá (en Los Nogales) le hicieron ropa especial para sus presentaciones con el Conjunto Cuncumén. Jugó fútbol con el equipo de la población, se convirtió en el padrino del hijo de sus amigos. Y siguiendo la costumbre, presentó su polola gringa, Joan Turner, a la familia Morgado. En esta población creó fuertes lazos de cariño y amistad que conservaría durante toda su vida”, leyó en el primer hito de la ruta Karen Cea, voluntaria de la Fundación Víctor Jara, y donde la agrupación Los Nogalinos se hizo parte interpretando unas cuecas.
Víctor y el teatro
En 1956 Víctor Jara ingresó a la carrera de teatro de la Universidad de Chile. Fue un lugar donde como estudiante se refugió cuando no tenía un lugar para dormir, y hoy ese camarín lleva su nombre. Es por esta razón que otro de los puntos que fue parte de la ruta fue el Teatro Antonio Varas, donde la actriz Catalina Saavedra leyó unas palabras que escribió Alejandro Sieveking, quien fuera actor, dramaturgo y director de teatro, y con quien Víctor Jara estudió y forjó una amistad y colaboración creativa.
“Si tuviera que limitarme a una palabra para definir a Jara, diría que es creador. Aparte de ser fiel a la obra que dirige, la enriquece de tal manera, que un autor no puede menos que sentirse agradecido hasta el extremo de perder la objetividad con respecto a él. Es lo que me ocurre en este caso (ha dirigido tres obras mías: Parecido a la felicidad, Ánimas de día claro y un cuento infantil titulado Honorato, el caballo de circo), y, al enfrentarme con cualquiera de sus direcciones, me siento inclinado hacia la alabanza. Pero como él es una persona que no gusta de la alabanza, prefiero detenerme aquí”, escribió en 1963 Sieveking.
La música también estuvo presente en este hito, el Conjunto Cuncumén, agrupación de la cual Victor formó parte en la misma época en que realizaba sus estudios de teatro, interpretó tonadas como Aquí te traigo una rosa. Una instancia en la que, además, Ana María Báez contó algunas anécdotas que vivió junto al intérprete de Te recuerdo Amanda.
Víctor y la Universidad Técnica del Estado (actual USACH)
Víctor Jara trabajó en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado (UTE), institución que se puso al servicio de las necesidades de la sociedad, haciéndose partícipe del programa de gobierno de la Unidad Popular; y por ello, tras el golpe de Estado de 1973, la casa central fue atacada. Estudiantes, trabajadoras y trabajadores -como Víctor Jara- fueron detenidos por los militares y trasladados al Estadio Chile -hoy Sitio de Memoria Estadio Víctor Jara-.
Frente a la escultura que está a un costado de la Biblioteca de la USACH, Emilio Daroch, presidente de la Corporación Solidaria UTE-USACH y exestudiante de dicha casa de estudios, comentó:
“Me echaron de la universidad porque caímos presos el 12 de septiembre de 1973, siendo dirigente estudiantil participaba en todas las acciones de apoyo con el Gobierno de la Unidad Popular. Para mí hablar en este lugar es algo muy especial, es un lugar donde el rector Enrique Kirberg y estudiantes fueron golpeados por los militares, y es un espacio donde, previo al Golpe de Estado, trabajábamos en el desarrollo de la UTE con representantes de la cultura como nuestro compañero Víctor Jara”, rememoró Daroch.
“Es importante decir que esta universidad se puso al servicio de su pueblo, de su desarrollo y del país. Por eso fue atacada tras el Golpe. Nosotros éramos jóvenes, estábamos con todo nuestro espíritu para resolver los trabajos de nuestra patria. Recorrimos voluntariamente el país y en esas actividades siempre estuvo nuestro compañero Víctor Jara, él cantaba aquí en la universidad. Es por eso que sentimos tanto aprecio por él”, agregó el presidente de la Corporación Solidaria UTE-USACH.
Hito de la ruta que fue sellado con las interpretaciones musicales de canciones como El pimiento, Dolencias y Vientos del Pueblo por parte del trío Berrú -compuesto por Tocori y Cristóbal, hijos del integrante fundador de Inti-Illimani y exestudiante de la UTE, Max Berrú-.
Legado y futuro
La “Ruta de Víctor” finalizó en la escultura del Parque Intercomunal Víctor Jara que representa el presente y futuro de su legado, teniendo en cuenta a los niños y niñas, y a la juventud que se alza y protesta exigiendo derechos.
Un último punto que contó con la conducción de la comediante Natalia Valdebenito y comenzó con la danza y música de los Diablos Rojos de Víctor Jara, continuando con las cuecas del trabajador Francisco Jara, la poesía sonora de Mapurbe de Piedra y las presentaciones musicales de José Seves, Elizabeth Morris, Horario Durán y el trío Berrú.
El encuentro fue sellado con los discursos del escultor Oscar Plandiura y las palabras de Amanda Jara, presidenta de la Fundación Víctor Jara, quien describió que: “Esta celebración ha sido un cumple-móvil y en cada lugar ha sido un regalo, una ofrenda para mi papá y mi mamá. Este es el primer cumpleaños sin mi mamá. Ella estaría tan contenta de haber visto más que la masividad, lo significativo de cada lugar y de las personas que se han acercado para ayudar, celebrar y cantar”.
Así también, la hija de Víctor y Joan, aseguró que “celebrar a Víctor es celebrar la vida, el amor, el arte, la creación y renueva el compromiso por la utopía de que querer otro mundo es posible. Sabemos que en otras partes de Chile y del mundo habrá diversas celebraciones en memoria de mi padre. Mi mamá alguna vez dijo Víctor sigue viviendo hoy en todos los que sueñan y trabajan por un mundo mejor. Sus canciones y su ancha sonrisa continúan iluminando nuestros sueños y esperanzas”.
Amanda Jara también reflexionó en torno a los más de 30 años del trabajo incesante de la Fundación Víctor Jara, pero, asegurando que “los cimientos de nuestra organización comenzaron en 1973 con una maleta que con mi mamá y mi hermana Manuela sacamos de Chile, con todas nuestras cosas y la de mi padre”.
Finalmente, la presidenta de la Fundación Víctor Jara detalló que la organización tiene como misión preservar la vida y obra de Víctor, los derechos humanos, la memoria y el arte. Para nosotros la enseñanza y la difusión de las artes son auténticas armaduras que cada uno puede construir. Y es que el arte sobrevive a los golpes y con él sobrevivimos nosotros también. Eso nos ha demostrado la obra de Víctor Jara, la que sigue sumergida en la sociedad chilena y en el mundo. El arte se enseña y se multiplica, con esa tarea se ha constituido la fundación”, concluyó Amanda Jara.