Lanzamiento del libro «Víctor Jara: 150 canciones y un poema»

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El periodista Jorge Leiva —en compañía de Amanda Jara— presentó su libro que detalla y explora toda la obra musical del cantautor chileno que fue asesinado tras el Golpe de Estado de 1973.

Este 25 de noviembre en la sala CEINA, el periodista Jorge Leiva presentó ante más de 400 personas su nuevo libro, Víctor Jara: 150 canciones y un poema, el que sigue la carrera musical de uno de los músicos más prolíficos y versátiles del canto popular chileno y latinoamericano. Leiva realizó una exhaustiva y rigurosa investigación de la obra musical del artista asesinado por militares tras el Golpe de Estado Civil-Militar de 1973.

El periodista Pablo Aranzaes fue el encargado de moderar la conversación que mantuvo el autor del libro, Jorge Leiva, en compañía de la hija de Victor, Amanda Jara, quien además es la presidenta de la Fundación que lleva el nombre del cantautor. El panel también estuvo integrado por Marisol García, periodista musical.

(De izquierda a derecha) Jorge Leiva, Amanda Jara, Marisol García y Pablo Aranzaes

Durante el diálogo, Amanda Jara se refirió a la pérdida de su padre, Victor Jara, que fue asesinado cuando él tenía 40 años. «Perder al papá casi a los 9 años fragmenta algo que se hace pedacitos. Con mi mamá y hermana, tuvimos la suerte —digamos— de recuperar su cuerpo, pero además contábamos con un archivo propio con fotografías, entrevistas e incluso teníamos el privilegio de conservar su voz. Tras los años, recibo la experiencia de otros sobre mi papá. Entonces esa memoria fragmentada por un trauma se va reconstruyendo con el relato de otras personas. Es fuerte cuando otros te devuelven al papá. Te devuelven pedazos y uno lo va armando. Pero es bonito eso, porque siempre estoy descubriendo a mi papá. Mi papá está muy aquí y eso es maravilloso», confesó Jara.

La presidenta de la Fundación Victor Jara también sostuvo que «este libro es el ancla de la relación entre la Fundación y Jorge. Este libro cae en tiempos de negacionismo, pero gracias a este tipo de trabajos Victor seguirá estando muy presente. Yo agradezco este libro, porque ahí dice todo sobre mi papá».

Jorge Leiva y Amanda Jara en el lanzamiento del libro Víctor Jara: 150 canciones y un poema

Fue entre 2018 y 2019 que Jorge Leiva comenzó la investigación para trabajar en este libro que reúne las composiciones del cantautor, reinterpretaciones que han hecho otros artistas de su obra, pero además, de interpretaciones que realizó Victor Jara de canciones que no eran de su autoría.

El también encargado de documentación de la Fundación Victor Jara detalló que fue «un trabajo ardúo e interesante que trajo millones de otros caminos». Agregando que «la idea de este libro es mostrarle a las personas que las canciones tienen una historia detrás. Como por ejemplo, el contexto de un país, hay canciones de cuna, medievales, tonadas, villancicos. Esa amplitud y riqueza me permitió conversar con mucha gente. Hubo 60 entrevistas y este libro me permitió conversar con personas que me contaron cómo conocieron a Victor Jara, cómo trabajaron cierta canción y eso es muy entretenido y apasionante».

Leiva también comentó que lo que más le llamó la atención fue «el hambre de Victor Jara». «Él tenía una búsqueda permanente por crear canciones. Victor Jara tenía una curiosidad tremenda. Siempre andaba preguntando y conversando. Él hacía millones de cosas, dirigía obras de teatro, hacía eventos, hizo un disco conceptual, era como incansable. Esa búsqueda que tenía me parece muy inspiradora y creo que nos llama a nosotros a buscar más. Él tenía un acercamiento humano en la investigación. Cuando él hace el álbum La Población va donde los pobladores y conversa con ellos. Él no estaba en la búsqueda de la celebridad ni del reconocimiento, sino que de los procesos sociales y de la gente».

En 16 años de carrera musical, interrumpida por su asesinato en 1973, Victor Jara incursionó en el folclor, el rock, la trova y el canto político y religioso, además de la música docta e incidental para teatro, entre muchos otros géneros. En Victor Jara: 150 canciones y un poema, Jorge Leiva detalla y profundiza la historia tras la obra musical de Jara, desde 1957 a 1973. El periodista explora los orígenes y el contexto en que fueron compuestas y grabadas las canciones, los lugares, los sucesos, las personas que las inspiraron y el contexto histórico en que vivió el artista. Este libro —que fue editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE)— recurre a testimonios inéditos y a una detenida revisión de archivos y piezas sonoras, audiovisuales e impresas.

El encuentro también estuvo marcado por las intervenciones musicales de artistas como Francisco Jara, Camilo Salinas, Elizabeth Morris, Ismael Oddó, Pancho Sazo de Congreso y de José Seves, integrante de Inti-Illimani Histórico. Estos dos últimos músicos fueron cercanos a Victor Jara.

El libro Víctor Jara: 150 canciones y un poema está disponible en la tienda física y online del Sello Víctor Jara.

GALERÍA DE FOTOS:

*Fotografías por Constanza Yáñez.

Exposición de arpilleras y telar mapuche estará disponible este 29 de noviembre en el Sitio de Memoria Estadio Victor Jara

taller arpilleras y telar mapuche

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se realizará esta muestra realizada por participantes de los talleres textiles gratuitos de la Fundación Victor Jara, donde además se presentará un lienzo colectivo bordado en memoria de mujeres que fueron ejecutadas y detenidas desaparecidas durante la dictadura civil-militar y también en periodos postdictatoriales.

Este sábado 29 de noviembre, desde las 15.30 hasta las 19.00 horas, se realizará en el Sitio de Memoria Estadio Victor Jara la exposición «Manos creadoras», que marca el cierre del proyecto piloto de formación en artesanía textil desarrollado entre 2024 y 2025 por la Fundación Victor Jara y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART). Este proyecto se concretó en la realización de talleres que exploraron los oficios textiles del telar mapuche y la arpillera, permitiéndole a mujeres de distintos territorios y edades compartir saberes, relatos y memorias a través de la creación. En este proceso, el arte textil se consolidó como herramienta de expresión, reparación y construcción de espacios colectivos de contención frente a experiencias de violencia y exclusión.

telar mapuche

Fotografía de una de las sesiones del taller de telar mapuche

“Cerrar Manos Creadoras tras dos años de trabajo es honrar un proceso profundamente humano, por el que pasaron más de cien mujeres que encontraron en el textil un espacio de distensión, creación y comunidad. Los resultados que compartiremos son reflejo de la sensibilidad y la fuerza colectiva que se fue tejiendo puntada a puntada. En un momento crucial para Chile, donde los derechos de las mujeres pueden retroceder, cuidar estos espacios se vuelve imprescindible. Desde este Sitio de Memoria reafirmamos la importancia de sostener prácticas que promuevan dignidad, creatividad y derechos humanos, para seguir tejiendo futuro juntas”, afirmó Rocío Guajardo, encargada del área de cultura del Sitio de Memoria Estadio Victor Jara.

Angélica Ólea, integrante del taller de telar mapuche, manifestó que considera «estupendo que nos den este espacio para aprender este oficio textil ancestral. Es recomendable totalmente». Por su parte, Erika Ilabaca, participante del taller de arpilleras, aseguró que «esto ha sido súper bonito, porque en el taller hay mucho acompañamiento de las compañeras, me he hecho amigas, y la Cata (Catalina Salas, profesora) ha sido increíble, enseña súper bien, tiene paciencia. Ha sido un proceso bonito, creativo. Estoy súper agradecida de la Fundación, porque me ha dado la oportunidad de aprender este hermoso oficio que yo no conocía».

arpillera chilena

Participante del taller de creación de arpilleras exhibiendo una muestra de su trabajo

Bordar para no olvidar

Durante la jornada además se presentará un lienzo colectivo, bordado a lo largo de todo el año en el Sitio de Memoria, y el que es resultado de la acción textil «Bordar para no olvidar”, iniciativa autoconvocada por distintas mujeres que llegaron a habitar el espacio los ultimos sábados de cada mes para reunirse a bordar, reflexionar y sobre todo recordar a mujeres que fueron ejecutadas y detenidas desaparecidas durante la dictadura civil-militar y también en los periodos postdictatoriales de nuestra historia reciente. De esta manera, la jornada busca poner en valor los derechos sociales y culturales de las mujeres, además de generar un espacio de diálogo en torno a la relación entre memoria, mujeres y arte.

«A mí este proceso me ha conmovido harto, porque a través de los nombres, me he enterado de historias de mujeres que fueron truncadas tras el Golpe Civil-Militar de 1973. Son muy potentes las historias detrás cada una de ellas, de sus asesinatos y desapariciones forzadas», dijo en una de las sesiones Jenny Fuentes, participante de la acción textil «Bordar para no olvidar».

La actividad se enmarca en el cierre de los talleres textiles, pero además, en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que es recordada los 25 de noviembre de cada año a nivel mundial. En el encuentro que se realizará este sábado 29 de noviembre también habrá un conversatorio llamado «Mujeres: arte, memoria y resistencia», siendo un espacio para dialogar y fortalecer vínculos comunitarios e institucionales en torno a prácticas culturales con perspectiva de género y derechos humanos.

Para asistir a esta jornada de exposición no se requerirá de inscripción previa, el acceso será totalmente en el Sitio de Memoria Estadio Victor Jara, ubicado en Pasaje Arturo Godoy 2750, Santiago. A pasos del Metro Unión Latinoamericana.

CRONOGRAMA ACTIVIDAD:

  • 15.30 Apertura puertas exposición «Manos creadoras»
  • 16.00 – 16.15 Palabras de bienvenida FVJ
  • 16.15 – 17.00. Entrega diplomas
  • 17.00 – 17.15 Intervención artística (música, danza, entre otros)
  • 17.15 – 17.30 Presentación del lienzo «Bordar para no olvidar» (palabras de participantes)
  • 17.30 – 18.15 Conversatorio “Mujeres: arte, memoria y resistencia”
  • 18.15 – 19.00 Cóctel

GALERÍA DE FOTOS

Recuerdos de un viaje al Norte: Victor Jara en La Serena en agosto de 1971

victor jara en la serena

El fotógrafo Alfredo Espinoza – aún activo en La Serena- se retrató junto a Victor Jara y los hermanos Ángel e Isabel Parra hace 54 años, luego de un concierto en la Universidad Técnica del Estado. Las dos valiosas imágenes las tomaron los propios artistas, y constituyen el testimonio de un tiempo intenso y luminoso de la música chilena. La Fundación agradece a Alfredo Espinoza por la generosidad de permitirnos contar esta historia.

Fue en agosto  de 1971 cuando Victor Jara actuó en la sede de la Universidad Técnica del Estado en La Serena, junto a Ángel e Isabel Parra. El joven fotógrafo Alfredo Espinoza, que entonces tenía poco más de 20 años, fue a registrar el concierto y al final pasó por camarines para tomarse una foto con los artistas. Ángel Parra lo fotografió junto a Victor Jara, y luego el propio Victor retrató de vuelta a los dos hermanos Parra junto al fotógrafo. Les pidió que se sonrieran, y por eso Ángel le respondió con una vistosa morisqueta.

Alfredo Espinoza frente a su tienda Fotos Espinoza en la Serena | Octubre de 2025

Alfredo Espinoza, con casi 80 años en la actualidad, aún tiene un servicio de fotografía y filmaciones en calle Cordovez, en el centro de La Serena. Ejerce el oficio que aprendió de su padre, también llamado Alfredo, y reconocido fotógrafo en La Serena. “Aprendí de mi papá, y cuando era joven también iba a conciertos, a los que no iban los fotógrafos grandes. Así fue como le saqué fotos al Pollo Fuentes o los Show 007 de la Nueva Ola, que organizaba Óscar Arriagada. Un día, a finales de 1971, hubo un concierto de Víctor Jara y los hermanos Parra en la Universidad. A mí me gustaba la música de Víctor Jara, les pedí las fotos, y me las tomaron ellos”.

angel e isabel parra

Ángel e Isabel Parra junto a Alfredo Espinoza (foto de Víctor Jara)

Alfredo reveló ambas fotografías y colgó en su tienda el retrato junto a Víctor Jara. Allí estuvo hasta comienzos de 1986. “Unos meses después del asesinato de (José Manuel) Parada y (Manuel) Guerrero llegaron a la tienda cuatro civiles a preguntarme por esa foto. Yo había hecho el Servicio Militar, incluso estuve a punto de estudiar para Oficial y por como hablaban, me di cuenta altiro que eran militares. Les dije que yo sacaba fotos de muchos artistas y se fueron, pero ese mismo día escondí la foto”.

victor jara en la serena

Víctor Jara junto a Alfredo Espinoza (foto de Ángel Parra)

La fotografía permaneció guardada hasta que uno de sus hijos la publicó en la cuenta de Instagram de la tienda el 16 de septiembre de 2019, día en el que se cumplieron 46 años del asesinato de Víctor. Y este 2025 fue contactado por la Fundación Victor Jara para conocer su historia.

La foto fue tomada en 1971, probablemente a fines de agosto, cuando Víctor Jara e Inti-Illimani estuvieron en La Serena invitados por la Intendencia para participar en las celebraciones del aniversario de la ciudad. Según publicaciones en medios de comunicación de ese tiempo, llegaron el miércoles 25 de agosto, y en ese mismo viaje visitaron también Andacollo, Vicuña, El Romeral y  Vallenar. 

Así comentó esta gira Víctor Jara, en la Revista Ritmo del 6 de octubre de 1971:

 —Cantamos en el teatro de la UTE y en la plaza… ¡ah! y además en un circo de Estudiantes de la Técnica. Algo realmente asombroso. Hacen cosas muy difíciles y ninguno de ellos es artista de circo. Todos son estudiantes. Dicen que van a venir a Santiago. ¿Qué más me impresionó? Los minerales de hierro del Tofo, en pleno cerro. Allí dimos un recital para los trabajadores y para sus niños. Fue una experiencia maravillosa estar en contacto vivo con los trabajadores y con sus ansias y sed de manifestaciones culturales.

Para un cantante popular es como una palmada en la cara. Uno se encierra en Santiago a elucubrar, pero hace falta llegar allá para comprender el alma y la esencia del trabajador. También aprendimos a dar recitales para los niños, que llegaban en camiones a vernos. Fue algo notable. Posteriormente partí a Chuqui al Festival de la Canción de los Trabajadores del Cobre.

victor jara revista ritmo

Revista Ritmo. 5 de octubre de 1971 | Archivo Victor Jara

En la ciudad de La Serena, la instalación de las sedes de la UTE  y de la Universidad de Chile, entre 1950 y 1970, propiciaron un medio local de importante actividad cultural para estudiantes y trabajadores. En este contexto se efectuó el viaje de Victor Jara e Inti-Illimani, quienes desde comienzos de 1971 formaban parte del Departamento de Extensión de la Universidad Técnica del Estado. El lunes 30 de agosto, según cuentan los medios de comunicación, se sumó a la delegación artística el cantautor Ángel Parra, y probablemente en esos mismos días  —antes que Víctor Jara partiera a Chuquicamata— se produjo su presentación en la Universidad, a la que acudió el fotógrafo Alfredo Espinoza.

“No me acuerdo de las canciones que cantaron, pero fue un lindo concierto. Y cuando Victor me tomó la foto con Ángel e Isabel se notaba que él sabía tomar la cámara y que le gustaba la foto”, dice Alfredo Espinoza, que aún conserva los originales de esos retratos. Con su autorización, hoy son publicados en el sitio web de la Fundación, a 54 años de ese viaje de Víctor al Norte chileno. 

victor jara en la serena inti illimani

La Nación, 25 y 28 de agosto de 1971

En homenaje a Julia Chuñil: con un mural en La Victoria finalizó el taller de mosaico

julia chuñil

El taller gratuito de la Fundación Victor Jara cerró su segundo ciclo tras seis meses de ejecución y lo hizo realizando un mural que exige justicia ante la desaparición de la defensora ambiental mapuche Julia Chuñil.

El pasado 25 de octubre, en los alrededores de la población La Victoria de Pedro Aguirre Cerda, tras seis meses de duración finalizó el taller Memoria y mosaico: mujeres en trozos de colores de la Fundación Victor Jara. Durante una jornada de muralismo y mosaico, las participantes del curso junto a sus talleristas, Nataly Vargas y Grisel Rico, realizaron una intervención colectiva en un muro. En la acción artística también se sumó la colaboración del colectivo Memoria Popular.

Alrededor de 8 horas estuvieron realizando en este mural, el que es el resultado de meses de aprendizaje y de trabajo de este taller que tuvo su primer ciclo el 2024 y continuó este 2025. Este curso —financiado por el Programa Sitios de Memoria, de la Unidad Sitios de Memoria, del Servicio Nacional del Patrimonio— estuvo enfocado en mujeres mayores de 40 años y tenía como uno de sus objetivos principales acompañar a las participantes a través de la escucha activa para fortalecer la transmisión oral y la colectividad. La técnica del mosaico fue utilizada como herramienta de arte terapia, pero además, como un paso hacía la autovalía y la autogestión.

Sesión de preparación para la jornada de cierre del taller «Memoria y mosaico: mujeres en trozos de colores»

De acuerdo a Nataly Vargas, una de las talleristas del curso, «la importancia de esta última parte del proceso fue que las estudiantes aprendieran a instalar en la calle, desde escoger el muro, poder fraguar. Con esta intervención callejera visibilizamos y reivindicamos a Julia Chuñil». Recordar que la defensora ambiental mapuche Julia Chuñil desapareció el 8 de noviembre de 2024 y hasta el día de hoy no es hallada. La mujer de 62 años era presidenta de la Comunidad Indígena Putreguel y se encargaba de la defensa del bosque nativo y la protección de tierras ancestrales mapuche en las comunas de Máfil y Los Lagos, en Región de Los Ríos.

La compañera de funciones de Nataly Vargas, Grisel Rico, destacó la labor de acompañamiento que tenía como uno de los objetivos principales de esta continuidad del taller: «El acompañamiento se enfocó en la individualidad, los duelos políticos y familiares. Como herramienta usamos las flores de bach». Además, detalló que «se entregaron las herramientas del mosaico pensando en que las participantes tengan una proyección laboral. No se trata solo de un trabajo interno, sino que también este curso busca que ellas tengan autovalía y que dentro de lo colectivo, puedan generar una propuesta de trabajo. No solo entregamos un apoyo desde lo histórico, sino que también abarcamos el tema de salud mental, que se desemboca a través de un trabajo con la técnica del mosaico».

En la foto está Lily Heredia cortando cerámica para el trabajo final del taller

Lily Heredia fue una de las participantes del taller de Memoria y mosaico, y en esta última actividad, sostuvo que «ojalá muchas mujeres tengan la oportunidad de poder experimentar esto, porque en las casas no lo tenemos. El encierro en la casa no te lo da. El encierro en la casa nunca te hará sentir volar como hemos volado en mente, en conocimiento y en compartir». Heredia también comentó que «ojalá que muchas mujeres tengan la oportunidad de experimentarlo. Nuestra obra es una maravilla que me hace sentir orgullosísima por todas mis compañeras y nuestras monitoras. Agradezco mucho a la Fundación Victor Jara», concluyó.

GALERÍA DE FOTOS: